Marcar límites, decir lo que pensamos, reclamar nuestro espacio, expresar nuestros sentimientos, defender nuestra integridad, decir NO…
ASERTIVIDAD Y CONFLICTOS: TRES VERDADES QUE NO PUEDES EVITAR En la vida muchas veces nos vamos a encontrar en callejones sin salida necesarios para “entrar en conflicto” y garantizar la supervivencia de nuestra esencia. En esos momentos hay tres factores que podemos traer a conciencia:
1) ES INCÓMODO.
Aceptémoslo: empezar o entrar en un conflicto es fastidioso. Pasarnos la noche en vela ensayando las formas en la que podemos suavizarlo o evitarlo es agotador e inútil. FACT: un conflicto es un choque de intereses y, por definición, no es un asunto alegre. Cuando nos rendimos a este hecho en lugar de gastar energía tratando de endulzar lo que por naturaleza es amargo, podemos concentrarnos en atravesarlo de la forma más auténtica, digna y generosa posible. Y a esto último es que vamos…
2) AUNQUE AMARGO, ES GENEROSO.
A veces, lo que se siente egoísta es lo más generoso que podemos hacer. Escribe esto en grande y pónlo en un lugar donde siempre puedas verlo: TU VERDAD ES IMPORTANTE
¿Por qué es importante? Porque cuando reprimes tu voz, inevitablemente, te resientes y el resentimiento silencioso crea más separación que la incomodidad del conflicto directo. Marcar límites y expresar tu experiencia es un acto de generosidad más grande que callarte para mantener la fiesta en paz. La rabia contenida SIEMPRE termina saliendo en comportamientos pasivo-agresivos que generan más separación.
3) TIENE UN PROPÓSITO.
Para sentirnos más seguras y menos reactivas al momento de entrar en conflicto, es importante tener bien claras nuestras intenciones. Para esto, asegúrate de tener claridad en lo siguiente:
No te estás expresando para cambiar la posición del otro.
No estás afirmándote para demostrar que tienes razón y que el otro está equivocado.
No lo estás haciendo para que sepan lo fuerte y brava que eres.
Definitivamente (porque eres tú) no lo estás haciendo para dañar a nadie.
El propósito mayor de entrar en un conflicto es saber que, al NO ejercer tu libertad de expresión, tu voz se pierde cada vez más en un océano de opiniones y preferencias ajenas. Esto es trágico porque vivir sin tu voz es, básicamente, sobrevivir encogid@ en un rincón llamado miedo.
Y , querid@, por duro que suene: tú, encogida, no le sirves a nadie.
En resumen: Los conflictos son inevitables e incómodos por naturaleza, pero también son oportunidades importantes para expresar nuestra voz con integridad. Tener claridad en por qué entramos en ellos nos ayuda a hacerlo con asertividad y sin expectativas rígidas. Usa tu voz desde tu corazón, suelta expectativas y entrégate a tu verdad.
Dilo. Aunque te tiemble la voz, dilo. Tú lo vales.
¡Espero que este artículo te sea de ayuda! Si te gustó comparte abajo algún comentario que pueda sumar a la experiencia de tod@s. *Si quieres saber más sobre cómo la astrología puede ayudarte a transformar tu vida o te interesa iniciar un proceso de coaching transformacional, no dudes en escribirme para una sesión personalizada (por Skype a cualquier parte del mundo). ¿Más información? Haz click aquí